Entrevista a Luigi Zoja: “Hoy los jóvenes tienen miedo al mundo y a su creciente competencia”

por Patricio Tapia

por Patricio Tapia I 10 Noviembre 2016

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El reconocido psiconalista italiano es uno de los invitados estelares del Festival Puerto de Ideas, que se realizará este fin de semana en Valparaíso. Aquí afirma que uno de los grandes problemas actuales es el “retiro total” de millones de jóvenes que se encierran en sus casas, habla de la violencia masculina contra las mujeres y asegura que, tras la muerte de Dios, nos encaminamos a suprimir al prójimo. Y con ello, a las comunidades y relaciones sociales.

por patricio tapia

Siempre hábil con la paradoja, Lacan alguna vez señaló que de seguro había algo irónico en la afirmación de Jesús de amar al prójimo como a sí mismo, porque, en realidad, la gente se odia a sí misma. Cierto o no, según la mayoría de los evangelistas, Jesús defendía la primacía de dos preceptos: ama a Dios y ama a tu prójimo.

Este doble mandamiento es el punto de partida del ensayo La muerte del prójimo, de Luigi Zoja. Allí sostiene que después del anuncio de la muerte de Dios, la sociedad actual se encamina a suprimir la otra relación esencial del ser humano: la del prójimo. Y con ella, la disolución de las comunidades y las relaciones sociales.

La fragilidad individual y sus dimensiones colectivas han sido temas recurrentes en las indagaciones del psicoanalista y escritor Luigi Zoja. Nacido en 1943, ha trabajado en Zürich, Nueva York y Milán. Estudió y fue docente en el Jung Institut en Suiza y fue presidente de las asociaciones italiana e internacional de psicología analítica. Ha escrito diversos ensayos que van desde la noción de la psique hasta interpretaciones de comportamientos problemáticos, como la dependencia, la arrogancia, el consumismo, la ausencia de la figura paterna y la proyección política de la paranoia. En su libro Centauros aborda el tema de la violencia y la duplicidad masculinas.

En su libro sobre la psique señala dimensiones no individuales. ¿Podría explicar por qué?

Al principio, nos dicen las reconstrucciones de los antropólogos, la psique individual está esencialmente proyectada alrededor del individuo. Él “pertenece”, es parte del medio ambiente. Por esto hoy, frente a las devastaciones ambientales, estudiamos a los pueblos “primitivos”: tienen, en muchos sentidos, raíces en el medio ambiente; el ave o el lobo pueden ser sus primos (totemismo); el sujeto individual no es un “individuo” separado de la naturaleza, es parte de ella (animismo: el alma no es tan individual sino compartida con el ambiente). Como consecuencia, el hombre “primitivo”, tribal, no causa heridas a la naturaleza, de manera bastante instintiva. A lo largo de la historia, se retiran las proyecciones. Las fuerzas sobrenaturales no se proyectan más alrededor, sino más y más lejos. En el monte Olimpo, y después solo en los cielos. Y se va desde muchos dioses hasta un único dios. Hasta el retiro completo en el siglo XX, después de un “demo-teísmo”: divinización ideológica de las masas. Hoy el problema principal de las nuevas generaciones y la nueva “neurosis” del siglo XXI es el “retiro total”. Millones de jóvenes (empezando con Japón y China, pero ahora en Europa también los números se están volviendo millonarios) hay jóvenes (particularmente de sexo masculino) que se encierran en casa. Tienen miedo al mundo, y a su creciente competencia. Son desempleados psíquicos.

Las pulsiones y pasiones, ¿van más allá de fenómenos químicos o físicos?

Claro que el fenómeno químico y físico existe, pero no justifica todo. Si tengo sed puedo soñar con beber. Pero uno sueña con beber agua, otro cerveza; uno con beber solo, otro con los amigos. Todos tenemos también una pulsión sexual, que aparece en los sueños y en el día. Pero uno desea hacer el amor con la novia, otro con una persona anónima, otro con su hermana y otro con personas del mismo sexo (o género). La pulsión es física y universal, las circunstancias de vida la hacen algo extremadamente individual. Además: el ser humano es un ser social, tiene pulsiones “colectivas”. Pero uno ayuda a todos los otros de manera instintiva, y otro está convencido que la mejor forma de solidaridad es matar a los que percibe como “enemigos”, como “criminales”, como diferentes.

Hablando de pasiones, ¿por qué decidió estudiar economía?

Quizás, por falta de pasiones. Mi familia tenía una empresa: por falta de intereses pensaba que lo lógico –y mi deber– era hacer las mismas cosas que mi padre, como él había hecho con su padre (mi abuelo), como él con su padre (mi bisabuelo), etc. En sí mismo, me parece que el respeto a los ancianos es un valor. Pero una vida en los negocios no era mi vida: tuve la fortuna de verlo bastante temprano, a los 25 años.

¿Qué pensaba encontrar y qué encontró en el psicoanálisis?

Nada perfecto. Pero un poco más de paciencia, de conciencia y, particularmente, de sinceridad conmigo mismo. Si lo lograba conmigo mismo (lo que permanece como el presupuesto esencial) podía intentarlo (siempre en medida imperfecta, solo un poco mejor que el promedio) también con los demás.

En La muerte del prójimo relaciona el psicoanálisis con el  aislamiento: se reconstruye una relación humana, no con un prójimo, sino con el terapeuta. ¿Es un sucedáneo de la proximidad?

Es un sucedáneo, y uno incompleto. Pero no es solo esto. Es también un esfuerzo para acercarse, como decía antes, a la verdad. Es una aplicación moderna del octavo mandamiento: no mentir. Y para no mentir a los demás tengo, antes de todo, que aprender a no mentirme a mí mismo.

La paranoia, ¿es peligrosa?

Es peligrosa, como Hitler más Stalin, más los tiranos de la Antigüedad, más el racismo y la intolerancia, todos juntos. De verdad es una perspectiva para expresar todas estas realidades juntas. Claro que es “una” perspectiva, no la única: no reemplaza los estudios históricos o éticos: pero puede colaborar con ellos de manera constructiva.

¿Cuál es el significado del mito del centauro en la construcción de una identidad masculina? ¿Existen representaciones femeninas de los centauros?

Es una expresión mítica, entonces arquetípica, del potencial de violencia sexual en los seres masculinos. Significa, como dicen las imágenes míticas, que es casi imposible para el varón suprimir totalmente el animal, separarlo totalmente del macho humano. Una cosa que aprendemos, desafortunadamente, casi cada día también de los mass media. Interesante, ¿no?, las “centauras” femeninas son prácticamente desconocidas. El papel de la parte animal en la naturaleza femenina es, obviamente, diferente. Claro que las mujeres también pueden ser violentas: pero, en sentido psíquico, no en el sentido literal de violadoras. Esto, el mito (es decir: el inconsciente colectivo) “lo sabe”.

¿Es algo más que la fuerza animal, entonces?

El estupro está cometido por la parte animal del macho. Pero el mito centáurico nos dice algo más. Dice que puede nacer una “(sub)cultura” del estupro. Los animales no cometen estupros colectivos. Los seres humanos, sí: pueden incluso crear (particularmente en caso de guerra) situaciones en las cuales los varones se avergüenzan por no cometer el estupro, por no participar en el ritual de la orgía.

Señala que la violencia sexual de grupo contra la población femenina fue usada como arma de guerra, por ejemplo en las violaciones de soldados soviéticos en Alemania al final de la Segunda Guerra Mundial…

La de la Unión Soviética de 1945 fue la mayor violación colectiva de la historia, millones de casos. A partir de aquel año, se juzgaron más regularmente los “crímenes de guerra”: pero no aquel crimen, porque fue cometido por los vencedores. Hoy se habla bastante de la violación colectiva como “arma de guerra” en los conflictos de África. Pero es mucho más fácil: se trata de periodistas y tribunales occidentales que juzgan a militares africanos.

Los “femicidios” o “feminicidios” parecen presentar datos alarmantes, no solo en América Latina sino también en Europa. ¿La violencia contra la mujer podrá ser más ahora o es que hay una mayor atención?

Es una pregunta importante, que me preocupa. Para contestarle necesitaríamos más ayuda de los científicos de las estadísticas. ¿El “feminicidio” se volvió peor, o simplemente ahora tenemos estadísticas específicas? ¿Hay más estupros o simplemente más conciencia de los derechos de la mujer, y entonces se denuncia lo que ya pasaba y se “aceptaba”?

En la paranoia y en el abuso, ¿hay consecuencias colectivas, consecuencias que sobrepasen lo individual?

Para la paranoia, sí. Para la violación sexual es complejo: requiere tanto una curación individual como social. El hecho implica lo que a veces he llamado la “asimetría” del mal. La destructividad se propaga tanto en sentido horizontal (por “contagio” psíquico en las violaciones colectivas) como en sentido “longitudinal”, en el tiempo. Es suficiente un breve hecho para dejar una herida psíquica que sigue toda la vida. Un instante que deja consecuencias que requiere por lo menos años de terapia. Además, no olvidemos (esto se ve particularmente en los abusos de los pedófilos) que el abusador de hoy muchísimas veces fue abusado en su niñez. Entonces, necesitamos miradas de muy largo plazo.

Si se aceptaran las muertes de Dios y del prójimo, quedaría un enorme vacío. ¿Se puede llenar?

Es una pregunta de naturaleza casi moral. Soy simplemente un psicoanalista (y a veces ensayista)… ya hay demasiados colegas que casi se han vuelto gurús. Solo voy a decirle algo en lo que creo personalmente. Para lo creyentes y los ateos, los que tienen ideologías o no, lo que no cambia y permanece necesario, hoy como en la generación de Dante, es la búsqueda de sentido, de cada vida. Persiste como una tarea de cada uno y de cada día. No podemos reemplazarla con ideas ya existentes y más o menos bien confeccionadas.

¿A qué se refiere cuando dice que ya no hay vergüenza en el narcisismo?

Bueno, la igualdad no es solo un principio que concierne a los derechos políticos. Hasta hace pocas generaciones, los adultos “sentían” que el adulto se distinguía del niño por no tratar de exhibirse demasiado. Ahora la publicidad y la moda viven de la exhibición como Narciso. Casi no podemos parar su excesos porque hacerlo causaría una baja en el PIB.

En varias situaciones pareciera proponer el rescate de la figura paterna, que no es solo el padre; y que en su clave mítica, recuperada por el psicoanálisis, no es solo Edipo…

Si. Y no es solo mi idea. Decimos que sería importante una recuperación no tanto del patriarcado, que no va a volver, sino de los sentidos de la responsabilidad. Nuestra mirada, como consecuencia también del empleo excesivo de la técnica y de internet, tiene horizontes temporales que se han acortado. Probablemente un día van a publicar mi libro sobre el padre en español y vamos a discutir específicamente de estos temas: el “padre” era tradicionalmente la metáfora principal de los compromisos de largo plazo .

Zoja copy

 

Luigi Zoja dictará la conferencia Centauros: mito y violencia masculina el domingo 13 de noviembre, a las 16:30 horas, en el Centro de Extensión Duoc UC de Valparaíso. La entrada cuesta $2.000. Asimismo, será entrevistado por Cristián Warnken, como parte del ciclo de conversaciones Pensamiento propio, el lunes 14 de noviembre, a las 19 horas, en la Aula Magna del Centro de Extensión UC (Alameda 390). La entrada es gratuita, previa inscripción en www.pensamientopropio.cl

 

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