por I 10 Enero 2017
Si en montajes como El año en que nací o Mi vida después, la directora y dramaturga Lola Arias abordaba las resacas de las dictaduras chilena y argentina en la voz de quienes fueron niños durante los 70 y 80, en Campo minado reúne a seis veteranos de la Guerra de las Malvinas, de lado y lado, para darles protagonismo. Arias vuelve a echar mano a las herramientas del biodrama para construir una puesta en escena de los recuerdos personales de los ex combatientes, que son también la inquietante memoria de una época.
Campo minado reafirma el dominio de la directora argentina Lola Arias en el llamado teatro documental, que trabaja con testimonios y registros verídicos (o que al menos así lo parecen). Esta vez reúne a sobrevivientes ingleses y argentinos de la Guerra de las Malvinas y los convierte en protagonistas de un ejercicio de revisión del entorno del conflicto desde las historias personales. Es un espectáculo vibrante, que emplea música en vivo y recursos audiovisuales, para recrear la memoria y donde pronto se impone un clima de sombría derrota. Como ya es habitual en Lola Arias, da una vuelta de tuerca a la idea de la representación de la historia oficial y de quienes la escriben.
Demonios de Lars Norén, dirigida por Marcos Guzmán. Círculo virtuoso trazado con un texto, una dirección y unas actuaciones de lujo. Una experiencia que abre el apetito y despierta las ganas de entrar al escenario, afilar la pluma e insistir en el ejercicio teatral. Además es la oportunidad para ver a la maestra Francisca Márquez, premio del Círculo de Críticos de Arte a la Mejor Actuación Femenina 2016, que da una clase de actuación, despojo, desenfado y entrega.