Byung-Chul Han, el gran DJ de la filosofía actual

“Para estudiar a Hegel la velocidad no es importante. Basta con poder leer una página por día”, contó quien hoy parece llamado a suceder a Adorno, Habermas y Sloterdijk en esa categoría tan pero tan alemana: la del filósofo estrella y, al mismo tiempo, la del oráculo de su época.

por Álvaro Matus I 12 Enero 2015

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A los 22 años lo deja todo: país, familia, carrera. Había estudiado metalurgia en Seúl, capital de Corea del Sur, donde nació en 1959. Les mintió a sus padres diciéndoles que continuaría sus estudios en Alemania, pero sus intenciones no tenían nada que ver con el hierro o el metal sino con la cultura y el pensamiento. Así llega a Heidelberg, con una maleta y un escaso dominio del idioma. Su sueño era estudiar literatura, pero se dio cuenta de que era demasiado lento para leer. “Para estudiar a Hegel la velocidad no es importante. Basta con poder leer una página por día”, contó quien hoy parece llamado a suceder a Adorno, Habermas y Sloterdijk en esa categoría tan pero tan alemana: la del filósofo estrella y, al mismo tiempo, la del oráculo de su época.

Byung-Chul Han se doctoró con una tesis de Heidegger y también estudió teología. Ahora da clases de filosofía y estudios culturales en la Universidad de las Artes de Berlín. Cuenta con 16 libros publicados y al español ya se tradujeron seis. El más famoso: La sociedad del cansancio (lleva nueve ediciones). Los últimos: La salvación de lo bello y Filosofía del budismo zen.

Mezclando a Barthes con Platón y a Heidegger con Foucault, nos invita a ver lo que hay detrás de la teodicea de la productividad (el agotamiento), la transparencia (la vigilancia) y las redes sociales (el aislamiento real).

No es aficionado a dar entrevistas. Tampoco es una figura de los festivales culturales. Su notoriedad, entonces, tiene la gracia de deberse a sus textos. Y sus textos tienen la gracia de conectar una amplia tradición de pensamiento (Hegel, Kant, Freud, Nietzsche y Agamben, entre muchos otros) con fenómenos de la vida actual reconocibles por todos: la hiperactividad, la hiperproducción y la hipercomunicación.

Es posible que no sea el pensador más original y que de un libro a otro se repita. Poco importa. Lo llamativo es que se instala como una especie de DJ para nada frenético. Mezclando a Barthes con Platón y a Heidegger con Foucault, nos invita a ver lo que hay detrás de la teodicea de la productividad (el agotamiento y la pérdida de la solidaridad), la transparencia (la vigilancia y falta de confianza) y las redes sociales (el aislamiento y la destrucción del sentido de la comunidad real). Con una prosa transparente y muy concisa, Byung-Chul Han apela al retorno de valores que desde el posmodernismo venían a la baja: verdad, belleza, intimidad, ética.

 

Ilustración: Daniela Gaule.

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