Revista Santiago

Este ensayo, publicado en The Chronicle of Higher Education, aborda el problema de la libre expresión al interior de las universidades. Según nota el autor, hoy existe una animadversión contra cierto tipo de opiniones que en lugar de avivar el debate y la discusión de ideas, pasan a ser el blanco de objeciones valóricas cuyo propósito es la anulación de estos puntos de vista conflictivos. Esta actitud no solo se ha propagado entre los estudiantes, sino que también ha permeado dentro del plantel de profesores. “Se decía que el conflicto era esencial para el propósito de la educación, era una de las cosas que diferenciaba un campus de una fábrica o una oficina de relaciones públicas”, escribe el académico David Bromwich. ”Ese entendimiento, sin embargo, ha sido desplazado en un grado significativo. Un campus se considera hoy como una ‘comunidad’ amigable, un ‘hogar’ fuera de casa, para citar palabras que aparecen con cierta regularidad en sus folletos de ingreso. Es un lugar gobernado por un espíritu de cortesía y cordialidad. Cualquier palabra o gesto que implique desarmonía está mal visto”.

Lee el texto completo en el siguiente link: https://www.chronicle.com/article/The-New-Campus-Censors/