La edad heroica del cine

The Offer, la serie que narra en clave épica las peripecias que debió enfrentar la producción de El Padrino, no tiene ni los dilemas morales ni la elegancia de las grandes series de este siglo; figura entre las series del montón, pero esa medalla la luce con dignidad. Lo más valioso que tiene es, de hecho, su descaro a la hora de mitificar, exagerar y de esculpir la estatua de su propia gesta. No pretende ser una crónica histórica sino una comedia revisionista.

por Pablo Riquelme I 27 Abril 2023

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Este año se ha cumplido medio siglo del estreno de El Padrino, y Paramount quiso celebrarlo, pero no con una película, sino una serie: The Offer. La elección del formato televisivo para homenajear una película cristaliza la preeminencia que ha alcanzado la TV en detrimento del cine. ¿Han primado los presupuestos y la economía de escala? ¿Para qué producir una historia de dos horas cuando, por un precio similar, podemos producir una de 10? Seguramente también pesaron las decisiones prácticas. Un filme sobre una de las mejores películas de la historia habría significado pagar un director decente, un par de actores de renombre y una producción que no desentonara. Y todo para terminar, de cualquier modo, en una plataforma digital.

The Offer narra en clave épica las peripecias que debió enfrentar la producción de El Padrino. Aborda su origen como proyecto sin importancia (fue pensada como una película de gánsteres al estilo del Hollywood de los años 40); su desarrollo creativo a cargo de Francis Ford Coppola, quien aportó los códigos conceptuales que la convertirían en leyenda (fue él quien transformó la empresa criminal de Vito Corleone en la fábula de una familia siciliana que forjaba su propia ley en la metrópoli del capitalismo); su consolidación dentro de Paramount como la apuesta que casi hundió al estudio, pero que finalmente lo salvaría de la ruina; y su apabullante éxito comercial (en su momento fue la película más vista de la historia, algo inaudito para una cinta de tres horas), además de su rutilante recepción crítica y su indiscutido triunfo como mejor película en los premios Oscar. Todo es contado a través de Al Ruddy (Miles Teller), el productor del filme, un underdog inconformista que hizo carrera en Hollywood a base de desparpajo, instinto y coraje.

Si la serie funciona es, precisamente, por el amor que le profesa la TV a ese Hollywood donde confluyeron Steve McQueen, Elizabeth Taylor, Ali MacGraw, Robert Towne, Bogdanovich, Scorsese y Polanski, donde el viejo Hollywood le dio la mano a una nueva camada para que inyectaran a las colinas de Los Ángeles una última aventura.

La historia está basada directamente en las “experiencias” del Ruddy de carne y hueso, quien oficia como productor adjunto de la serie. No en un libro, sino en sus testimonios orales: es la definición por antonomasia del narrador poco fiable. Por lo mismo, sería un error tomarse en serio todo lo que cuenta. Lo más valioso que tiene The Offer es, de hecho, su descaro a la hora de mitificar, exagerar y de esculpir la estatua de su propia gesta. Por más que ofrezca detalles reveladores y desconocidos del making of de la película, no pretende ser una crónica histórica sino una comedia revisionista y unificadora de las anécdotas que Ruddy ha ido atizando durante su vida. Bajo ningún punto de vista esta obra califica para sentarse a conversar con las grandes series de este siglo. No tiene ni los dilemas morales ni la elegancia de ninguna de ellas; figura entre las series del montón, pero esa medalla la luce con dignidad. Aquí no hay vanguardia; simplemente televisión y algunas decisiones muy inteligentes. Por ejemplo: si no puedes estar a la altura de El Padrino, ponte muy por debajo, y ante tu pequeñez el mito crecerá. Esto queda claro cuando la serie aborda la incorporación de Marlon Brando al elenco de la película. El encargado de darle vida es Justin Chambers, un modelo y actor de culebrones cuyo rostro suena vagamente. Cuando interpreta el momento en que Brando propone a Coppola su caracterización de Vito Corleone (voz lijosa, mandíbula desencajada, desapego existencial), vemos a un actor del montón (Chambers) interpretar a un titán de la actuación (Brando) que, a su vez, está inmerso en el personaje de su vida (Corleone). Es un juego de máscaras. El eje moral de esta historia apuesta por los mentirosos y los fabuladores de Hollywood, aquellos capaces de renovar el panteón de semidioses que educaron sentimentalmente a generaciones.

Si la serie funciona es, precisamente, por el amor que le profesa la TV a ese Hollywood donde confluyeron Steve McQueen, Elizabeth Taylor, Ali MacGraw, Robert Towne, Bogdanovich, Scorsese y Polanski, donde el viejo Hollywood le dio la mano a una nueva camada para que inyectaran a las colinas de Los Ángeles una última aventura. Es un homenaje, como el de Tarantino, a lo que Phillip Lopate llamaba “la edad heroica del espectador”: una época en la que los estrenos derrochaban erotismo, cuyo barómetro era el aplauso de la sala y en la que el veredicto del gusto se contrastaba con la crítica impresa del día siguiente. Es una forma de vida extinta, que hoy solo existe en la memoria.

 


The Offer (2022), creada por Michael Tolkin, 10 episodios, disponible en Paramount+.

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