Habla Hablantina

“Todos tienen a la redonda una Habla Hablantina o un Habla Hablantín, quién sabe si a una misma se le ha escapado tantas veces la moto superando la cantidad llevadera de palabras por segundo (…) Puede que se intente llenar con palabras el vacío con nombre de mundo al que hemos sido arrojados y que a ratos se viene encima y causa inquietud, cada quien intenta llenarlo como puede, así se llenan de muebles las casas, de fotos las paredes, de palabras tantos libros, o la tele se mantiene encendida. Lo de Habla Hablantina probablemente tenga que ver con eso, o con la expansión de su yo”.

por Milagros Abalo I 21 Octubre 2021

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¿No te conté esa historia? Es increíble, mira, debo haber tenido unos siete u ocho quizás nueve, estábamos en, ¡ah, pero antes de eso! otra cosa… las palabras se aglomeran rápido o lento, depende de la ocasión, solo se alejan cuando ríe a carcajadas, otra forma del habla. Similar a las gaviotas hablantinas (aunque menos delirante) que se juntan en la cornisa el día entero a intercambiar gritos y risas.

Quizás porque no se detiene da la impresión de que los matices han desaparecido del aire. El silencio no logra hacerse espacio, está cercado por las historias de una misma inflexión, la otra vez, te acuerdas, esa que estábamos con el Feña, cuando le pasó lo del brazo y tuvimos que… Persistencia, resistencia, uno, dos, uno, dos, tiemble o nieve Habla Hablantina avanza, ah!, me acordé de un detalle. Y el detalle comienza a exfoliarse en la piel de otro detalle, como te contaba, ese día, el mismo que a mi primo… el que vive cerca de… salió a comprar unas cosas… porque estaba preparando unosque aprendió a hacer enque le enseñó un talcuando vivía en… Apoya su relato con material audiovisual desplegado en el teléfono, y fija su mirada en la tuya que, por esos azares del destino juguetón, quedaste sentada al lado. Cuando alguien mira a los ojos y al mismo tiempo habla, es difícil salir, una falta de respeto. Al Tiempo lo vemos pasar, se cortan los caminos y hay que esperar las válvulas de un escape, cualquiera, que vaya al baño, a buscar hielo, que pida que le prendan un cigarro, y entonces como una rata saltar al otro sillón.

Todos tienen a la redonda una Habla Hablantina o un Habla Hablantín, quién sabe si a una misma se le ha escapado tantas veces la moto superando la cantidad llevadera de palabras por segundo, la hija de la hermana de mi mamá, esa que se hizo un tatuaje, la que viajó a… Apurar el tranco completando sus frases o la información que está proporcionando, es una posible estrategia para capear la ola en forma de lengua, mas nunca del todo eficiente, fui a ver a la Paula el otro día, estaba con el perroese que se llama… ¡no!, el que se llama Anselmo… venía saliendo del veterinario y le dijeron que tenía… Cómo será al hacer el amor.

Cuando alguien mira a los ojos y al mismo tiempo habla, es difícil salir, una falta de respeto. Al Tiempo lo vemos pasar, se cortan los caminos y hay que esperar las válvulas de un escape, cualquiera, que vaya al baño, a buscar hielo, que pida que le prendan un cigarro, y entonces como una rata saltar al otro sillón.

Puede que se intente llenar con palabras el vacío con nombre de mundo al que hemos sido arrojados y que a ratos se viene encima y causa inquietud, cada quien intenta llenarlo como puede, así se llenan de muebles las casas, de fotos las paredes, de palabras tantos libros, o la tele se mantiene encendida. Lo de Habla Hablantina probablemente tenga que ver con eso, o con la expansión de su yo. No es casualidad que los cuentos remitan a sí misma, raro es verla interesada en lo ajeno cuando no sea para dar algún diagnóstico pura ansiedad, es evidente, come de pura ansiedad, te lo digo, es un problema de ansiedad.

El sonido se va metiendo con espesura hacia la corteza de los nervios, los que están directamente conectados al oído. En esa zona del cuerpo se activa o desactiva gran parte de la neurosis, si no habría que preguntarles a tantas mamis o papis que ante el incremento del bullicio infantil al interior del hogar se tiran los pocos pelos que les quedan en la cabeza.

Un segundo, Habla Hablantina, que los oídos descansen, escuchar otras voces, otros sonidos, o bien nada. No rompamos el silencio, aunque parezca incómodo.

Entretanto me quedé dormida en el sillón, quizás su voz fue algo así como el zumbido que abrió paso al sueño, hasta que escuché wuuuoooo ¡esa canción!, no, no la cambies, la primera vez que la escuché estaba en la playa, el verano ese… cuando arrendamos la casa… la que estaba al lado… Habla Hablantina me volvía a poner en órbita justo cuando soñaba con un beso. Retomé la escucha como se retoma la escritura de una tesis o con agua se le hace frente al mareo del vino una vez que el cerebro se ha separado del cuerpo, y entonces, de repente, se me aceleró la sangre y no hubo cómo atajarla y pensé, quién no ha tenido el pensamiento de, en circunstancias similares o familiares, llenar el aire con la saliva seca de un shshshsh.

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