José Donoso y dónde el diablo perdió el poncho

Ayer y hoy se desarrolla en la Biblioteca Nicanor Parra de la Universidad Diego Portales el encuentro que conmemora los 100 años del natalicio de José Donoso. Reproducimos a continuación el texto leído por Rubí Carreño, académica de la Universidad Católica y autora de Leche amarga, Avenida Independencia y El cielo será como un río, entre otros libros, en un panel de conversación titulado “Monstruos y relatos”.

por Rubí Carreño Bolívar I 9 Octubre 2024

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Dicen que José Donoso es el narrador más importante de Chile; dicen que estableció un camino para todos los que vinieron después; incluso dicen que su literatura es mejor que un GPS para que uno se “ubique” en el sentido chileno del término. Dicen que leer El obsceno pájaro de la noche permite ver lo que esconden bajo la manta los hombres dueños de la tierra, del dinero y de los apellidos con fortuna; dicen que en sus páginas se lee cómo es que se relacionan tan íntimamente los que tienen con los que no tienen, dinero, también potencia sexual; los que son y no son, tan femeninos, en lo privado o tan masculinos, en lo público.

Pero fíjate, que dicen que, incluso, el cahuín del WhatsApp de los ilegales podría leerse en clave donosiana. Dicen que los hombres mendigando raspados de olla y arrastrando el poncho para pedir favores, se parecen mucho, demasiado, a los de El lugar sin límites, que siempre están mezclando placer erótico con deudas. Se parecen, solo que ya no dicen “que venga la Manuela”, sino que piden la presencia de “cuatro ucranianas, yate y langosta”. Exhibir la masculinidad a través del dinero y del poder, como Don Alejo, taparía una homosociabilidad que deja a las Misias Blancas y no tan Blancas, convertidas en lavanderas en toga universitaria, cosiendo —felices y forradas— ropa rosada en la casa. Donoso canta en legua mayor lo que antes escuchamos en una canción popular: “Y no hablemos de pavadas, así son todos, traficantes / Y si no el sistema qué, y si no el sistema qué, qué / No me digan, se mantiene con la plata de los pobres / Eso solo sirve para mantener a algunos pocos / Transan, venden / Y es solo una figurita el que esté de presidente” (“Sr. Cobranza”, Bersuit Vergarabat).

Dicen que la monstruosidad de Boy no tiene que ver tanto con la endogamia o con ciertas vacaciones en el campamento del colegio, sino con la experiencia de ser constantemente humillado desde la innecesaria severidad hasta la pedofilia institucionalizada, que esa es La cinta blanca (Haneke) chilena. Boy y todos los demás jóvenes de La Rinconada experimentan formas de filicidio; marchando en la nieve hasta morir o encerrados en Valle Nevado sin más compañía que otros que el privilegio convirtió en monstruos. Donoso muestra cómo pobres y ricos terminan siendo víctimas/victimarios de ese placer envilecido que afirma que poder es gozo.

Si bien en el contexto internacional su nombre se asocia al de otros escritores —Juan Rulfo, Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes, renovadores de la novela latinoamericana—, su obra está íntimamente entretejida con la de narradoras chilenas como Marta Brunet, María Luisa Bombal y Diamela Eltit, que al igual que él, escribieron sobre la sociedad chilena a partir del latifundio como estructura económica, política y familiar, estableciendo una tradición que desde la más alta literatura denuncia las relaciones de poder cursadas por el erotismo.

¿Cuál es el lugar de Donoso en esta y otras historias de WhatsApp de donde el diablo perdió el poncho? Sabemos por su libro de ensayos Historia personal del Boom, por su narrativa, en especial por El jardín de al lado y una serie de anécdotas vinculadas a su fama, cómo su vida y su literatura se cruzan en una alianza no tan secreta de hombres que lo respaldan, censuran sus atrasos, le prestan dinero o comparten la dulzura de ser un escritor del Boom latinoamericano. Si bien en el contexto internacional su nombre se asocia al de otros escritores —Juan Rulfo, Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes, renovadores de la novela latinoamericana—, su obra está íntimamente entretejida con la de narradoras chilenas como Marta Brunet, María Luisa Bombal y Diamela Eltit, que al igual que él, escribieron sobre la sociedad chilena a partir del latifundio como estructura económica, política y familiar, estableciendo una tradición que desde la más alta literatura denuncia las relaciones de poder cursadas por el erotismo.

Y es que dicen que dio valor de verdad a las experiencias y los saberes de pobres y de mujeres; que quien leyó sus novelas se fascinó con la belleza extrema surgida del espanto y no pudo nunca más ver Chile y sus distintos latifundios con inocencia. Dicen que como Juan Rulfo, desarma para siempre la llamada novela de la tierra y desarticula en la ficción las ideologías patriarcales que sustentan la hacienda latinoamericana (algunos son más hijos de Don Alejo que otros). Dicen que descorrió con arte el tupido velo que ocultaba los secretos familiares y nacionales, los de su clase social y los del Boom, y que decía que pagaba con su hígado este desacato al silencio. Dicen que puso a su personaje-escritor en una casa con las empleadas de la burguesía, también que fabuló en contra de una de las mujeres editoras más importantes de su tiempo, criticando y arriesgando, a su vez, su posición como artista e intelectual. Dicen que como el Mudito dejó un montón de papeles escondidos y que le pidió a su hija que entrara en ese laberinto para liberarlo, que ella tenía una lámpara, pero no un hilo. Hay unos que encontraron ese hilo a través de su propia literatura y el trabajo en los archivos, dando una sobrevida (Javier Guerrero) al padre y la hija (Cecilia García Huidobro).

Dicen que más allá del despojo literario; de un poncho terrateniente que aprieta como corset; de la heterosexualidad como final feliz; su creatividad fue y es indestructible, y lo que es y ha sido suyo, su libertad de ser en su escritura, es inalienable y que por eso y por mucho más donosiano significa valiente.

 

Imagen de portada: Álvaro Bisama, Lorena Amaro, Fernando Sáez, Rubí Carreño y Alberto Fuguet durante el panel de conversación “Monstruos y relatos”.

 


Actividades del 9 de octubre:
– Charla magistral con Álvaro Bisama, escritor y director de Literatura UDP. A las 11:30 hrs. Quinto piso, BNP.
– Recorrido Donosiano, con la inauguración de una placa conmemorativa en la Biblioteca Nicanor Parra y su casa de infancia. A las 13:00 hrs. Barrio República, Av. Ejército 661.
– Conversación “La otra escritura de José Donoso” con Cecilia García Huidobro y Álvaro Matus, académicos UDP. A las 16:00 hrs. Quinto piso, BNP.
– Inauguración de la muestra “Retratos fotográficos inéditos de José Donoso” con Gabriel Pérez Mardones, fotógrafo. A las 17:15 hrs. Tercer piso, BNP.
– Lectura dramatizada y conversación sobre El jardín de al lado. Con Verónica Díaz, directora; y Marco Antonio de la Parra, escritor y dramaturgo. A las 18:00 hrs. Auditorio, BNP.
Las actividades se realizarán en la Biblioteca Nicanor Parra de la UDP, ubicada en Vergara 324, Santiago.

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