Lo raro es vivir

Las abundantes asociaciones que permite Sistema nervioso sobre la muerte son propias de una narrativa de madurez. Lina Meruane ha elegido los signos enfermos, tanto corporales como sociales, para construir en su última literatura un discurso propio, que enlaza macro y microcosmos.

por Lorena Amaro I 4 Enero 2019

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Como si se tratara de una secuela, Sistema nervioso prolonga y profundiza varios de los temas expuestos por Lina Meruane en Sangre en el ojo, su obra más lograda. En ambas está presente un tramado familiar en dos tiempos/lugares: el de antes, en el “país del pasado”, donde se encuentra una problemática familia de origen, y el “país del presente” (¿Estados Unidos?), donde la protagonista realiza un doctorado y vive con su pareja. También lo está el tema de la enfermedad, tratado por Meruane tanto en la ficción como en su magnífico ensayo Viajes virales.

Si en Sangre en el ojo el corte era un motivo que daba forma a la narración permanentemente interrumpida, en Sistema nervioso la escritora inocula, como si se tratara de un cáncer, grupos de palabras, células de significado que van abultando una narración de por sí compleja.

Ahora se aproxima al tema con nuevas herramientas: el discurso de la física y la medicina atraviesan de manera muy explícita el libro, quizás uno de los más ambiciosos de su autora. Este retrato genealógico es una indagación más profunda sobre la muerte, el caos final. La madre biológica de la protagonista murió en el parto, y una serie de dolencias la han afectado a “Ella” y a sus hermanos, “el Primogénito” y “los Mellizos”, sin que el “Padre” ni su “Madre” postiza, ambos médicos, hayan podido hacer gran cosa. Cuando incluso el Padre es operado de la próstata, la narración revela su eje neurálgico: “Probablemente siempre estemos enfermos y no lo sepamos. Y aunque de niña pensaba que la habían asustado con todas esas historias de lo que podía padecer un cuerpo, solo después ha comprendido que esas historias eran apenas un resumen. Porque lo raro es vivir. Hay tantas cosas que podrían salir mal…”.

Si en Sangre en el ojo el corte era un motivo que daba forma a la narración permanentemente interrumpida, en Sistema nervioso Meruane inocula, como si se tratara de un cáncer, grupos de palabras, células de significado que van abultando una narración de por sí compleja: “Del cadáver no quedaría ni una astilla ni un gramo de cerebro sudor pelos en el pecho”. Las cursivas son del texto y estas enumeraciones sin comas, de asociaciones libres y también a veces de significantes que fungen como metáforas, están a lo largo de todo el libro. Podrían ser sinapsis nerviosas, pero también quistes, proliferaciones lingüísticas que parecen responder a otro de los hallazgos de la novela: el embarazo, como el cáncer, es también una multiplicación celular. Las palabras aparecen así preñadas o enfermas, según se las quiera ver, porque la narrativa de Meruane nunca se agota en un solo sentido.

Las abundantes asociaciones que permite este relato sobre la muerte son propias de una narrativa de madurez. Lina Meruane ha elegido los signos enfermos, tanto corporales como sociales, para construir en su última literatura un discurso propio, que enlaza macro y microcosmos. Como en escorzo aborda una gran cantidad de cuestiones relevantes: el problema de los migrantes en Estados Unidos y los asesinatos y la violencia salvaje del cruce fronterizo; los años oscuros de la dictadura chilena, con sus crímenes y desapariciones; el caos y desintegración del planeta; la violencia contra las mujeres, sufrida en carne propia por la protagonista en su juventud; los movimientos sociales en el “país del pasado” y la apatía de la juventud en el país donde vive la protagonista; los equívocos que produce la comunicación virtual, cuando ironiza sobre los fallos de archivo o las lecturas del corrector en WhatsApp. Hay que tener destreza técnica para poder maniobrar con todos estos materiales: a Meruane le sobra. Quizá por eso se excede un poco en esta novela y es algo reiterativa. Aunque su trabajo tiene su punto más alto en Sangre en el ojo y Volverse Palestina, que hacen más concesiones al lector, Sistema nervioso es, sin duda, una de las novelas importantes que se publicaron en 2018 y que, sin duda, hay que leer.

 

Sistema nervioso, Lina Meruane, Random House Mondadori, 2018, 277 páginas, $14.000.

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