Un baile contra el olvido

Obra imprescindible incluye no solo los ensayos que hicieron célebre a Susan Sontag, sino también una cuidada selección de prefacios, discursos, capítulos de monografías y novelas, cuentos, entrevistas y fragmentos de sus diarios, varios de ellos inéditos. Son 52 textos que en conjunto funcionan como una biografía intelectual y ética de una escritora que capturó como pocos la sensibilidad —y el gusto— de una época.

por Sebastián Duarte Rojas I 30 Diciembre 2022

Compartir:

Susan Sontag, mi madre, estaba profunda y a veces desesperadamente interesada en que se la recordara”, afirma David Rieff en el prólogo de Obra imprescindible, antología de la ensayista, narradora y directora de cine estadounidense nacida en 1933. Aguda, controversial, farandulera y comprometida, Sontag fue una voz clave en el panorama crítico de la segunda mitad del siglo XX. Y tras su muerte en 2004 a causa del cáncer, la enfermedad que la persiguió toda su vida, su deseo de permanencia se ha cumplido a través del documental Recordando a Susan Sontag (2014), de Nancy Kates, y una enorme cantidad de libros dedicados a ella.

Rieff, analista político y periodista reconocido por cuenta propia con publicaciones como Contra la memoria (2011), El oprobio del hambre (2015) y Elogio del olvido (2016), armó esta antología especialmente para el mercado español a petición del editor de Penguin Random House Claudio López Lamadrid, quien falleció repentinamente en 2020. Rieff continuó el trabajo con apoyo del poeta Aurelio Major, quien además ha sido traductor de Sontag.

Si la crítica, como afirmó Piglia, es una forma de autobiografía, esta cuidada edición de la obra ensayística y literaria de Sontag es una especie de biografía intelectual, estética y ética de la autora, “vista a través de la lente de David Rieff”. Por lo mismo, podría leérsela como su particular respuesta a “la banal biografía de Benjamin Moser”, por usar las palabras con las que el propio Rieff se ha referido a Sontag. Vida y obra, que en 2020 ganó el Pulitzer en la categoría Biografía.

Este nuevo libro-retrato está compuesto de ensayos, prefacios, discursos, capítulos de monografías y novelas, cuentos, entrevistas y fragmentos de sus diarios, varios de ellos inéditos; un total de 52 textos vertidos al español por una docena de traductores y en que la imagen de la autora se va formando en la medida en que ella examina la obra de escritores y pensadores que la inspiraron: Simone Weil, Walter Benjamin, Emil Cioran, Virginia Woolf, Antonin Artaud y un largo etcétera. Todo organizado en función de la dicotomía entre la esteta y la moralista, una dualidad que a juicio de su hijo determina toda la obra de Sontag.

Obra imprescindible parte, y cómo no, con los provocadores ensayos que la llevaron a la fama: “Contra la interpretación”, “Sobre el estilo”, “Notas sobre lo ‘camp’”, textos que muestran su cara más conocida, la esteta en todo su esplendor, la joven autora que irrumpió en la escena cultural con afirmaciones como: “En lugar de una hermenéutica, necesitamos una erótica del arte”. Sin embargo, de ahí en adelante el libro explora las demás facetas del complicado poliedro artístico e intelectual que fue Susan Sontag.

La antología se divide en diez secciones temáticas, aunque las fronteras entre ellas son, como es de esperar dados sus múltiples intereses, difusas. Incluso dentro de las partes se producen mezclas llamativas por la variedad de géneros. La sección “El cuerpo”, por ejemplo, incluye capítulos de los libros La enfermedad y sus metáforas y El sida y sus metáforas, seguidos de “La imaginación pornográfica”, un lúcido ensayo sobre la intersección entre novela erótica, sexualidad y saber; pero todos los temas de esta serie confluyen en el texto que la cierra: “Así vivimos ahora”, un cuento de 1986 sobre la agonía de un hombre seropositivo a partir del relato coral de sus amigos.

La imagen de la autora se va formando en la medida en que ella examina la obra de escritores y pensadores que la inspiraron: Simone Weil, Walter Benjamin, Emil Cioran, Virginia Woolf, Antonin Artaud y un largo etcétera. Todo organizado en función de la dicotomía entre la esteta y la moralista, una dualidad que a juicio de su hijo determina toda la obra de Sontag.

Destacan en particular los momentos en que irrumpen fragmentos de sus diarios de vida, los que dan cuenta del proceso de escritura de los textos que acompañan y nos muestran las ideas de Sontag en plena génesis. Resulta especialmente acertado yuxtaponer el cuento “Peregrinación”, publicado en 1987, que relata su visita a Thomas Mann siendo solo una adolescente, con los pasajes de su diario de 1949 en que narra la impresión que le produjo el autor de La montaña mágica. Esta lectura deja ver sus decisiones al pasar de la realidad a la ficción y su total conciencia de estar construyendo su imagen pública.

Dado lo mucho que sabemos de su vida y su personaje público, llama la atención la presencia de textos como el ensayo-entrevista “El Tercer Mundo de las mujeres”, nunca antes recogido en un libro, en que se declara feminista a pesar de la compleja relación que tuvo con el feminismo por haberse negado siempre a encasillarse en cualquier categoría, o “Una fotografía no es una opinión… ¿o sí?”, presentación del libro Women, de Annie Leibovitz, su última pareja, que reúne retratos de mujeres de Estados Unidos, incluyéndola a ella.

A pesar de ser profundamente estadounidense, Sontag era una crítica y pensadora de mirada internacional, la que queda en evidencia a lo largo del libro, como en el discurso “El mundo como la India”, en que aborda la traducción literaria a partir de San Jerónimo, Schleiermacher y Benjamin, al tiempo que celebra la importancia de haber leído literatura extranjera en su juventud, o en la sección dedicada a Francia, uno de los principales focos de su marcado gusto europeo.

Desde su aparición no acreditada de apenas unos segundos en el largometraje Le Bel Âge (1960), de Pierre Kast, hasta su trabajo como directora de cuatro películas, la vida de Sontag estuvo marcada por el cine, por lo que no es ninguna sorpresa que este libro incluya una extensa sección sobre películas y documentales, con ensayos dedicados a Godard, Bergman y Fassbinder, pero también al cine B de ciencia ficción, además de “Fascinante fascismo”, una reflexión sobre el lavado de imagen de Leni Riefenstahl y la sexualización de la iconografía nazi.

La tensión esteta y moralista con que su hijo ha clasificado su obra también forma parte de los criterios con que Sontag analiza a algunos autores, como Elias Canetti y Adam Zafajewski, y por supuesto que está en sus textos más comprometidos, como “Esperando a Godot en Sarajevo”. Por lo que tiene mucho sentido que el libro finalice con un discurso que conjuga ambas posturas, “La literatura es la libertad”, en que cuestiona el actuar del gobierno estadounidense tras la caída de las Torres Gemelas, pero también recalca: “La escritora en mí desconfía de la buena ciudadana, de la ‘embajadora intelectual’, de la activista en favor de los derechos humanos”.

Más que una guerra, lo que había entre la esteta y la moralista era un baile. En “La escritura en sí misma: sobre Roland Barthes”, Sontag concluye que el crítico francés “albergaba luchas espirituales que no podían ser sostenidas por su posición de esteta. Era inevitable que fuera más allá de ella, como hizo en sus últimos escritos y clases. (…) Y desde ese mirador su obra en la actualidad parece desplegarse con más elegancia e intensidad y con mucho más vigor intelectual que la de todos sus contemporáneos: las considerables verdades concedidas a la sensibilidad del esteta, a un compromiso con la aventura intelectual, al talento para la contradicción y la inversión; esas ‘tardías’ maneras de experimentar, evaluar, leer el mundo, y de sobrevivir en él”.

Además de trazar muy bien la trayectoria de Barthes, en esta cita Sontag parece haber descrito su propia obra, una obra que de seguro triunfará contra el olvido.

 

Obra imprescindible, Susan Sontag (edición de David Rieff), Literatura Random House, 2022, 784 páginas, $26.000.

Relacionados

El mar de Santiago

por Iván Poduje

Wallmapu, la película

por Daniel Hopenhayn

La marcha paria

por Lorena Amaro