En la conferencia titulada “Literatura y edición: una pareja mal avenida”, realizada el lunes pasado en la Biblioteca Nicanor Parra de la UDP, el escritor y consejero literario de Gallimard indagó sobre la relación entre los aspectos materiales de la edición (diseño, tipo de papel, tipografía, precio, tamaño) y la valoración de las obras literarias, tanto en la actualidad como en otras épocas.
por Sebastián Duarte Rojas I 31 Julio 2025
“Mallarmé va a ser el primero en cuestionar las relaciones entre poesía y edición y, no contento con eso, va a reventar el formato del libro tradicional con Un golpe de dados, utilizando la doble página, rompiendo con la unidad tipográfica del texto, haciendo algo que no se había hecho nunca: iba a abrir la puerta a que la poesía del siglo XX utilice el libro como objeto creativo”, señaló el escritor y editor venezolano Gustavo Guerrero el pasado lunes 28 de julio en su charla magistral “Literatura y edición: una pareja mal avenida”, organizada por el Magíster en Edición UDP y la Biblioteca Nicanor Parra.
Guerrero, que obtuvo el Premio Anagrama de Ensayo por Historia de un encargo: “La catira” de Camilo José Cela (2008), también es poeta y autor de otros libros como Teorías de la lírica (1998; FCE, 2014) y Paisajes en movimiento, literatura y cambio cultural entre dos siglos (2018). Además es director del Máster en Ingeniaría Editorial y Comunicación de la Universidad CY Cergy Paris y consejero literario para el área iberoamericana de la reconocida editorial francesa Gallimard.
Su conferencia tomó como punto de partida “El arte nuevo de hacer libros” (1975), manifiesto del escritor y artista mexicano Ulises Carrión, que inicia con afirmaciones como “un libro no es un estuche de palabras, un saco de palabras, un soporte de palabras” y “un libro puede existir también como una forma autónoma y suficiente en sí misma”. Texto y libro, en el fondo, son una extrapolación de la separación (y jerarquización) tradicional entre alma y cuerpo, y lo que hizo Carrión fue subrayar la importancia del aspecto material que suele ser ignorado, que es donde se produce el trabajo editorial: la producción de libros.
Considerando las ideas de Carrión, pero también a otros autores como Roger Chartier o Robert Darnton, y en el marco general del llamado giro material en las humanidades, un nuevo materialismo que resalta la importancia de nuestra relación con los objetos, Guerrero describió cómo trabaja en un seminario en que enseña a los estudiantes a entender el libro mismo como tema de análisis, pero también a considerar la relación entre los aspectos materiales de la edición —diseño, tipo de papel, tipografía, precio, tamaño, etc.— y la valoración de las obras literarias, tanto en la actualidad como en otras épocas.
Un muy buen ejemplo de la injerencia de los aspectos materiales en la literatura es el de Madame Bovary. A diferencia del formato más común en ese momento, de tres tomos (para sacar el mayor provecho posible de las ventas), se publicó solo en dos, y “cada tomo costaba un franco —subraya Guerrero—. Es una de las ediciones más baratas de una novela en el siglo XIX. (…) Madame Bovary se convirtió en un éxito enorme en librerías, en parte, gracias a la política editorial de Calmann-Lévy que, contrariando la visión que tenía Flaubert, demasiado elitesca, de lo que debía ser su literatura, la van a poner al alcance de todo el mundo”.
Esto se relaciona con uno de los comentarios que Guerrero hizo al final de su conferencia, ante una pregunta sobre la idea tradicional de que los editores no debían dejarse ver en sus libros: “Darnton dice que la teoría de la edición era que los editores debían ser como el vaso de agua, prácticamente invisibles, dar una forma que no se viera. Pero eso forma parte de una manera de manejar la literatura que estaba muy marcada ideológicamente por la idea del genio, el autor genio que es el que ha hecho todo, lo que no es cierto. Cuando uno entra en la cocina de la edición se da cuenta de que finalmente un libro es también el fruto de un esfuerzo participativo de mucha gente diferente”.