Los Netanyahus está dedicada a la memoria de Harold Bloom y completa una historia que el propio crítico le contó a Joshua Cohen sobre su papel de acompañante de Benzion Netanyahu, un académico radicado en Israel, más conocido por ser el padre de Benjamin Netanyahu, durante una visita a Cornell. Con su marco temporal ajustado, su descabellado narrador, su retrato de la vida judía estadounidense en un contexto semirural y momentos de cruel sátira académica, la novela se lee como un intento delicioso de cruzar La visita al Maestro de Roth y Pálido fuego de Nabokov.
por Leo Robson I 23 Diciembre 2024
La primera obligación al volcarse hacia la obra del electrizante escritor estadounidense Joshua Cohen es destacar que claramente es un genio. En sus ensayos (Attention!), en sus relatos (Cuatro mensajes nuevos) y en novelas como Witz, El libro de los números, Los reyes de la mudanza y ahora Los Netanyahus —una cómica fantasía histórica—, se da expresión, de manera abundante y plena de recursos, a una variedad vertiginosa de saberes librescos y de conocimientos mundanos. Cohen, que tiene poco más de 40 años, ha dado pie a que se le atribuyan todas las palabras que empiezan con “m” (maestro, mago, magnífico) y a comparaciones con Thomas Pynchon (justificadas) y David Foster Wallace (algo vagas). Mientras el crítico James Wood se conforma con llamarlo uno de los estilistas más prodigiosos funcionando en los Estados Unidos en la actualidad, Nicole Krauss ha declarado rotundamente que no hay nadie que escriba en inglés que sea más talentoso.
La nueva novela de Cohen, un retrato oblicuo del padre del primer ministro israelí, tiene su origen en la admiración que generó su obra anterior. En mayo de 2018, recibió un correo electrónico de Harold Bloom, el célebre crítico y profesor durante años en la Universidad de Yale, convocándolo a Connecticut. El encuentro fue transcrito por Los Angeles Review of Books. Bloom incluyó más tarde El libro de los números en su recuento publicado de manera póstuma de 48 novelas “para leer y releer”.
Los Netanyahu está dedicada a la memoria de Bloom y completa una historia que el crítico le contó a Cohen sobre su papel de acompañante de Benzion Netanyahu, un académico nacido en Polonia, radicado en Israel, más conocido por ser el padre de Benjamin Netanyahu, durante una visita a Cornell. Cohen llena vacíos y ficcionaliza desenfrenadamente: Harold Bloom, defensor del canon occidental, se convierte en Ruben Blum, un especialista en historia económica estadounidense en el Corbin College del estado de Nueva York. Es elegido, como único miembro judío del cuerpo docente, para recibir a un oscuro historiador de la España de finales de la Edad Media —la verdadera especialidad de Netanyahu— que viene a una entrevista.
Es fuente de una ligera decepción que Cohen no se haya ceñido más estrechamente al registro de su conversación. Habría sido fascinante ver a un escritor de su erudición explicar por qué un judío del Bronx, criado hablando yiddish, dedicó su considerable talento y aún mayor energía a la promoción de la poesía y las obras de teatro de los protestantes ingleses. En las páginas finales, un autor que tiene muchas similitudes con Cohen, ofrece lo que parece un relato sincero de sus conversaciones con Bloom, explicando que cambió los detalles del incidente de Netanyahu para proteger a personas vivas, aunque resulta evidente que este pasaje, si bien se presenta como un epílogo, es, al menos en parte, inventado. (Sé que Bloom nunca conoció a W. G. Sebald y tengo algunas dudas de que Cormac McCarthy acostumbrara llamarlo por teléfono desde la bañera).
La mayor parte de la novela se dedica al relato maravillosamente pedante que hace Blum de su existencia en la localidad de Corbindale y de la visita que le hizo en enero de 1960 la familia Netanyahu: Benzion, su esposa y sus tres hijos salvajes y concupiscentes (Benjamin desempeña un papel menor, aunque no poco memorable, en el desarrollo de la acción). Esa tarde fría y poco auspiciosa ofrece amplias oportunidades para las capacidades descriptivas de Cohen. La nieve cae “susurrando como si llegara estática de un mundo que había dejado de emitir”. Benzion es retratado como “un solitario sin brújula en las tundras nevadas”, con una suela de su zapato aleteando suelta, “que parecía un labio de caballo”. Con su marco temporal ajustado, su descabellado narrador, su retrato de la vida judía estadounidense en un contexto semirural y momentos de cruel sátira académica, Los Netanyahu se lee como un intento, tan delicioso como suena, de cruzar La visita al Maestro de Roth y Pálido fuego de Nabokov.
Sin embargo, la novela también puede ayudar a explicar por qué Cohen no posee una fama equivalente a su talento. La efervescencia y la hiperfertilidad que explican los raros placeres de su obra pueden producir un exceso envolvente. Esta es una novela vivaz, descarada y absolutamente inmersiva, que también quiere responder preguntas sobre los judíos y la historia (el pasado sirve como distracción del dolor de las realidades presentes), los judíos y la política de la identidad (y la amnesia de la encarnación actual), el sionismo y los Estados Unidos (y las formas conflictivas de mutación judía después del Holocausto), la distinción entre inmigrantes renanos y rusos y las paradojas de la diáspora. De sus 12 capítulos, dos están dedicados a cartas que Blum recibe de académicos sobre la carrera de Benzion (una de 19 páginas), y otros dos toman la forma de conferencias que Benzion imparte en el campus, una especie de clase de la Biblia, la otra una disquisición sobre el campo de estudio que ha elegido. Incluso con Blum como afable fuerza mediadora, no comprendí todas las corrientes que la visita despertó.
Hay un momento hacia el final que parece indicar un camino alternativo, un enfoque que podría servir mejor para llevar a cabo los asombrosos dones de Cohen y producir una sabiduría más serena. Tiene lugar cuando Blum camina con su esposa casi al término de lo que él llama “ese día Netanyahu”. “Estoy harta de oír hablar de judíos”, le dice ella. “Estoy hablando de nosotros dos”.
Este artículo apareció en The Guardian. Se traduce con autorización de su autor. Traducción de Patricio Tapia.
Los Netanyahus, Joshua Cohen, traducción de Javier Calvo, Seix Barral / De Conatus, 2024, 276 páginas, $22.900.