A cuatro meses de su muerte, el filósofo Roberto Torretti fue homenajeado en el Instituto de Filosofía de la Universidad Diego Portales por académicos chilenos y extranjeros. Para Juan Manuel Garrido, uno de sus logros fue “haber introducido en nuestro país, y hace tiempo, formas de hacer o formas de practicar la filosofía que significaron un verdadero salto para la cultura académica local”.
por Sebastián Duarte Rojas I 28 Marzo 2023
“Roberto Torretti, en cuyo nombre y recuerdo estamos ahora reunidos, es sin duda el filósofo más relevante que ha producido nuestro país y uno de los más importantes filósofos e historiadores de la ciencia contemporánea”, afirmó Carlos Peña en el homenaje organizado por el Instituto de Filosofía de la Universidad Diego Portales, que se llevó a cabo ayer lunes en la Biblioteca Nicanor Parra. Este evento, que contó con la presencia de la ministra de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Aisén Etcheverry, y la filósofa chilena Carla Cordua, viuda del pensador fallecido en noviembre del año pasado, consistió principalmente en tres ponencias de los académicos José Luis Villacañas (Universidad Complutense de Madrid), Mario Caimi (Universidad de Buenos Aires) y Hernán Pringe (UDP), en una mesa moderada por Juan Manuel Garrido (UAH).
La obra de Torretti, inaugurada por un libro que a la vez fue uno de sus ejes, Manuel Kant (1967), incluye textos como Filosofía de la naturaleza (1971), Variedad en la razón (1992, con Carla Cordua), Relatividad y espaciotiempo (2003), Conceptos de gen (2009) y Democracia. Hitos de la historia de una palabra (2019). A partir de esa variada obra, el rector de la UDP señaló que su problema central fue el conocimiento humano, que para Torretti es siempre histórico. Así, su verdadera disciplina habría sido la historia filosófica de las ciencias, por medio de la cual procuró enlazar los estudios científicos y las humanidades.
Luego el moderador Juan Manuel Garrido abrió la conversación refiriéndose a los aportes sustantivos de Torretti en diversos campos, aunque indicó que su logro fue “haber introducido en nuestro país, y hace tiempo, formas de hacer o formas de practicar la filosofía que significaron un verdadero salto para la cultura académica local”. De este modo, lo caracterizó como un fundador de la filosofía en Chile, un autor cuya obra, como Garrido dice haber comprobado en su propia actividad como profesor, “despierta un entusiasmo muy grande y creciente en generaciones de filósofas y filósofos más jóvenes”.
La primera ponencia, del filósofo español José Luis Villacañas, se refirió a la innovación aportada por el estudio de Torretti sobre Kant, especialmente alrededor de la noción de espacio y su relación con el cuerpo material, sensible y perceptivo. La importancia que le dio a la espacialidad habría sido para Villacañas un fundamento clave para sus estudios posteriores, como los relacionados con la física cuántica y los sistemas espaciales gravitacionales.
El argentino Mario Caimi, por su parte, se enfocó en un problema filológico puntual relacionado con la definición kantiana de objeto, cuya doble negación proveniente del latín ha desconcertado a muchos intérpretes y traductores, pero de la que la traducción de este pasaje llevada a cabo por el filósofo chileno logra salir airada y confirma, en palabras de Caimi, “la precisión y la claridad de la explicación de Torretti en este libro suyo [Manuel Kant] fundamental para la comprensión de la Crítica de la razón pura”.
En la tercera y última ponencia, el profesor argentino Hernán Pringe se acercó a la posición filosófica del homenajeado a partir de sus cuestionamientos al realismo como postura ontológica y su correlato epistemológico, la teoría del conocimiento como copia de lo real. Como explicó Pringe, para Torretti “el conocimiento no es una mera reproducción de ‘un mundo hecho y derecho’”. Esta crítica al cosismo, una postura muy instalada pero que consideró ingenua, conlleva una idea de razón como voluntad pura, una actividad “que no reproduce nada, sino que produce todo”.
Al concluir las presentaciones, se proyectó un video en que Roberto Torretti comentaba la influencia crucial de dos lecturas que lo llevaron a acercarse a los 14 años, en un principio de manera instintiva, a la filosofía. Un cierre apropiado para la celebración de un maestro, que enseñó tanto en las aulas como por medio de la conversación y la escritura. Y como dijo la ministra Etcheverry al explicar su motivación para unirse a la actividad: “Tenemos un deber como país de homenajear a quienes han impulsado el conocimiento, a quienes han creado escuela y a quienes han formado a las nuevas generaciones”.