Las plantas y los saberes campesinos

Procedente de una tesis de antropología, Cuando las plantas hacen lo que les da la gana es, ante todo, una recopilación de relatos de campesinos y campesinas, de agricultura biológica, convencional o sostenible, pero también de cocineros, jardineros o comerciantes. A partir de estudios etnográficos realizados en unas 60 estructuras agrícolas francesas de entre una y 400 hectáreas, Dusan Kazic plantea el tabú de una relación con las plantas pensada a través de vínculos sensibles.

por Angèle Dequesne I 12 Agosto 2025

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Todavía muy poco indagado en las ciencias sociales, el tema de las relaciones entre humanos y no humanos surge especialmente en torno a la cuestión animal. Sigue siendo algo mínimo respecto de las plantas, debido al desprecio histórico por ellas. Al centrarse en su sensibilidad e inteligencia, Dusan Kazic da un giro ontológico, animándonos a abandonar el naturalismo y admitir que también formamos una sociedad con lo no humano.

Inspirándose en los trabajos de Vinciane Despret, Isabelle Stengers, Ursula K. Le Guin y Donna Haraway, Dusan Kazic sugiere desarrollar o restablecer relatos alternativos, contar historias para animar un mundo y subvertir otro, para dejar que el imaginario de la producción gire hacia las relaciones.

El autor cuestiona la economía como paradigma dominante y propone romper con el modelo productivo, que está en el origen de la destrucción de la Tierra y de los campesinos. “Si nuestro mundo pretende sobrevivir e invertir la tendencia de cara a las crisis ecológicas y a las extinciones multiespecies, no queda otra opción (…) que ‘animarlas’ [a las plantas]”. Se trata, por tanto, de pensar una agricultura y, más ampliamente, unos mundos sin producción ni economía, unos mundos de relaciones entre lo humano y lo no humano, unos mundos de posproducción.

La obra comienza con una crítica de la historia de la agricultura. A partir de la segunda mitad del siglo XVIII, esta se construyó desde la perspectiva del pensamiento fisiocrático, entonces muy extendido en los círculos intelectuales y políticos franceses. La fisiocracia (literalmente, el “gobierno de la naturaleza”) es una escuela de pensamiento económico, político y jurídico que piensa las plantas en términos de “producto” y de “producción”. Estas palabras, fundadoras de la disciplina económica, servirán para pensar la materialidad del mundo: el gran relato universalista proclama que la humanidad debe producir para vivir.

La fisiocracia marcó así el nacimiento de la ciencia económica, cuya epistemología y ontología no tienen en cuenta la relación con los seres vivos. De hecho, el concepto de producción está anclado en el enfoque universalista, sin fundamento empírico. El discurso económico y técnico, destinado al gobierno, ha sido sobrevalorado en relación con los saberes y las prácticas campesinas acerda de lo sensible y lo emocional. La agricultura se vio, así, transformada en una actividad productiva, alejada de las realidades biológicas y campesinas.

Contra el productivismo

Kazic desarrolla en la obra tres grandes corpus teóricos: el capitalismo (asociado al desarrollo sostenible y al crecimiento verde), el socialismo (que implica producir de manera diferente a través de la abolición del capitalismo) y, finalmente, el rechazo al productivismo; este último, situando su posición científica y política. Kazic cree que los dos primeros, el corpus capitalista y el corpus socialista, forman regímenes de producción que no se diferencian sino por la identidad pública o privada del detentador del capital. Centrados únicamente en la producción, estos regímenes no nos permiten pensar en “vivir juntos”, particularmente con lo no humano.

La tercera vía, propuesta por el autor, es la de rechazar el productivismo y alejarse del concepto de crecimiento (y, por tanto, del decrecimiento) para preservar y, más ampliamente, vivir con el medioambiente. La preservación del medioambiente se incluye aquí en el hecho de cultivar para alimentarse sin producir, a diferencia del socialismo, donde la preservación del medioambiente es una actividad paralela a la producción. Entonces, ya no se trata de producir de manera diferente, sino de romper con el paradigma de producción y abrirse a relaciones coevolutivas.

De hecho, el autor condena a Marx por haber basado su materialismo en la producción como una realidad del mundo y no como un concepto, validando así la episteme fisiocrática que expele las relaciones con los seres distintos de los humanos en favor de una mecanización de su carácter sensible. Estos regímenes de producción retoman la idea fisiocrática según la cual el objetivo de la agricultura es producir con el propósito de enriquecer al gobierno. Sin embargo, pensar que debemos producir para alimentarnos y que el mundo sin economía es inimaginable, crea un bloqueo epistemológico y político, común al marxismo y al liberalismo económico, que impide la formulación de otras narrativas y una verdadera protección del medioambiente.

La tercera vía, propuesta por el autor, es la de rechazar el productivismo y alejarse del concepto de crecimiento (y, por tanto, del decrecimiento) para preservar y, más ampliamente, vivir con el medioambiente. La preservación del medioambiente se incluye aquí en el hecho de cultivar para alimentarse sin producir, a diferencia del socialismo, donde la preservación del medioambiente es una actividad paralela a la producción. Entonces, ya no se trata de producir de manera diferente, sino de romper con el paradigma de producción y abrirse a relaciones coevolutivas.

Producción versus solidaridad

Dusan Kazic habla de “animar” a las plantas y de “relaciones animadas” para destacar lo vivo. Animar a las plantas permite ir más allá de la mecánica cartesiana asociada a la vida no humana y desarrollar una nueva forma de sensibilidad. Esto aniquila el excepcionalismo humano y promueve la reducción de la distancia inducida entre humanos y no humanos. En continuidad con la obra del sociólogo Henri Mendras, Kazic expone los saberes campesinos y subraya su conciencia histórica del vínculo de dependencia entre la tierra y los seres humanos, configurando una concepción del “vivir juntos” como un “vivir con”, en búsqueda del bienestar multiespecies.

Capítulo tras capítulo, el autor cuenta las historias de los campesinos, su forma de interactuar con las plantas en relaciones de codomesticación y la forma en que las plantas son consideradas: seres sensibles, inteligentes, comunicativos, a la vez que seres de compañía, de cuidado o de trabajo, o incluso capaces de ejercer una forma de dominación sobre las personas que las cultivan. Estas palabras, utilizadas por los entrevistados, no son de naturaleza económica, sino sensible. Cada persona que conocemos, explica el investigador, está en una relación diferente y personal de codomesticación con las plantas; lo que cambia, entre pequeñas y grandes granjas, es la cualidad de las relaciones con quienes las pueblan.

Así, las plantas, en el día a día, no se reducen a un producto o una mercancía, y el tamaño y la orientación de la estructura importan poco. Más allá de la rehabilitación de las personas, se destacan las capacidades de las plantas, dándoles así un verdadero poder para actuar. La planta, en el centro de este texto, es el testimonio a través del cual se produce la creación de vínculos, tanto físicos como simbólicos, sociales e imaginarios. Las historias de Dusan Kazic invitan a “vivir según otros tropos” (Donna Haraway, Manifiesto de las especies de compañía), en relaciones multiespecies y no exclusivas, reemplazando las relaciones de producción por las de solidaridad.

Además de su estilo cautivador, claro y accesible, Cuando las plantas hacen lo que les da la gana brilla por su compromiso epistemológico y su ligereza ontológica, una ligereza que Dusan Kazic nos alienta a desarrollar. Si logra convencernos de la necesidad de romper con la economía como paradigma dominante, el futuro de la disciplina es menos claro: ¿Qué hacer con la economía? ¿Deberíamos suprimirla, devolverla al nivel de las ciencias sociales? ¿O bien integrarla? En resumen, la alteración ontológica generada por Kazic deja de lado las epistemologías naturalistas en favor de la vida y las relaciones animadas, y nos insta a dar un paso al costado, a especular, imaginar, experimentar con nuevos mundos de existencia.

 

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Este artículo apareció en Revue Project 388 (2022). Traducción de Patricio Tapia.

 


Cuando las plantas hacen lo que les da la gana, Dusan Kazic, traducción de Pablo Ires, Cactus, 2024, 416 páginas, $29.900.

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