por Hilda Mundy I 18 Febrero 2025
Alas caídas (en Impresiones de la guerra del Chaco)
Si hay algo que pueda impresionar a un corazón femenino es la apostura militar.
Después del artista de cine, el príncipe azul se encarna en una arrogante figura de capa y espada.
A la desesperanza de alcanzar lo primero, una se aferra a la pasión intangible y real… que nos ofrece el segundo.
Al menos, no faltan comandantes de la guarnición del lugar…
(Ay de cosas que debiese callar, pero también es imposible obligar discreción a la pluma que vuela.)
La Plaza Central se encontraba repleta.
Alarma.
La declaratoria de guerra se nos venía encima, sin tener la cortesía de pedirnos permiso y opinión.
Mis ojos inquietos abarcaban todos los puntos de la Plaza.
¡Qué desilusión! Todos los apuestos militarotes, don juanes uniformados se encontraban pálidos, intensamente pálidos, sosteniendo apenas el peso del paño cuartelero, o lo que es lo mismo, con las alas caídas.
VI (en Pirotecnia)
He aquí una indagación descubierta y desnuda:
Las fuertes voluntades sobran aún en las sombras de ultratumba.
Los grandes entusiasmos van más allá del fenómeno de la muerte.
¡Sobrenatural!
Aquellos jugadores de golf, aquellos diestrísimos jugadores de golf, que habían “enraizado” su pasión al juego, persistieron en su deporte favorito aún después de su muerte…
Luego de un tiempo prudencial (cuando las míseras fibras de la carne desaparecen para la higienización del esqueleto) organizaron en el simétrico espacio del cementerio, un gran campeonato nocturno…
¡Era de ver, junto a los cipreses recortados, a los jugadores-esqueletos!
¡Admirable el contagio del ímpetu, cuando los demás corrían al adiestramiento especial para aprendices!
Aunque se sentía el despachurramiento de osarios infantiles para provisión de cráneos que hacían de pelotas y tibias de “clubs”.
¡El espectáculo, aunque macabro, era esencialmente deportivo!
XXIX (en Pirotecnia)
¡Nadie puede preconizar de ingenioso!
El enlace más elegante, más sedoso de vocablos, la conexión más firme de frases y conceptos, no es mérito propio del autor.
Todos al escribir, volcamos restos informes de textos que leímos… palabras que se impresionaron en nuestra conciencia… reminiscencias… citaciones ilímites que al llamar inconscientemente nuestra atención, se estratificaron en la memoria.
Dijéramos que las palabras están catalogadas en el estante cerebral, colocadas por los infinitos autores que nos obsequiaron su lenguaje, y que en nosotros reside solamente la labor de ordenación.
Analizados con rigor somos algo así como “ropavejeros” de los demás, que utilizamos íntegramente —como usurpadores vulgares— sus palabras, sus frases, sus cláusulas de uso que recogimos al leer, con cierta modalidad idiomática propia…
¡Chiquillos que entonando o desentonando silbamos ajenas coplas!…
Brandy Cocktail (fragmento de la columna homónima, publicada en el periódico La Mañana de Oruro, el 28 de junio de 1935, pocos días después del fin de la Guerra del Chaco)
… Imagino que el Chaco (con los límites que nos asignen en las conferencias de paz) será un magnífico y manso Edén.
La Panagra inaugurará un servicio para viajes de placer.
Se irá a veranear allí de un modo chic.
Será el punto de reunión de la élite social boliviancence.
El lugar escogido por los novios para sorber la luna de miel
Será todo una monada.
Todo un primor.
Yo inmigraré de aquí allá. En el confín mismo, quiero decir en la posición más avanzada, haré mi carpa,
con un esposo que lo tengo en proyecto.
Los nenes… jugarán pega-pega con las culebras y las iguanas.
Yo poseeré una hiena.
Él un jaguar.
Ambos y todo el mundo mariguí en la sopa.
Nos distraeremos con un circo de monitos tropicales, maravillosamente amaestrados.
Seremos FELICES, inmensamente FELICES en el Chaco.
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Hilda Mundy (1912-1982) es el seudónimo que la poeta boliviana Laura Villanueva utilizó para escribir su breve pero potente obra, caracterizada por el humor, la ironía y la banalización de la violencia. En vida, solamente publicó Pirotecnia. Ensayo miedoso de literatura ultraísta (1936), a lo que se suman crónicas y poemas escritos sobre la Guerra del Chaco, en plena conformación del Estado boliviano. Mundy se rehusó a pensar la violencia desde la angustia y el lamento, y en Impresiones de la guerra del Chaco, indica que “se bebió los pasajes de una guerra como un helado cualquiera”. Esta pequeña muestra de poemas expresa su desprecio al lugar común relativo a las violencias política y de género. Selección de Yosa Vidal.